Malmirada

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Nota de intención

Desde que tengo memoria, siempre se me ha repetido lo peligroso que es acercarme a otras mujeres. Mi relación más difícil siempre fue conmigo misma: mi psiquis y mi cuerpo. A la edad de Nina mi cuerpo estaba fuera de mi control. Me tomó décadas entender que esa adversidad hacia las mujeres venía desde el miedo. Era imposible que cuerpos ajenos me hicieran sentir segura si el mío no lo hacia. Malmirada es una reconciliación donde esos cuerpos se encuentran en la soledad que hay en ser mujer.

Sinopsis

La vida de Nina (12) ya no es lo que ella conocía. Su padre ahora está casado con una joven y despampanante modelo, teniendo cada vez menos tiempo para pasar con su hija. La salud mental de su madre cada vez está más difícil, al igual que su relación con el alcohol. Todo esto influye en que Nina empiece a comportarse de manera autodestructiva, hasta el punto hacerse expulsar de su colegio. Cuando se ve obligada a quedarse sola con su nueva madrastra, Nina se verá obligada a convivir con una desconocida que representa todo el conflicto recién llegado a su vida. Un conflicto que se extiende desde sus padres a su relación con su propia imagen y auto estima. En este pequeño paréntesis en sus vidas, ambas mujeres encontrarán en la otra un reflejo de su propia soledad y un refugio inesperado.

Concepto visual

En Malmirada, el elemento central debe ser el cuerpo. Por ello, la primera imagen de la historia es un cuerpo abierto, lugar de donde parte la exploración de Nina. Al convertir la imagen en un constante estudio anatómico se encuentra eso que hila a estos dos personajes opuestos. Se convierte al cuerpo de la mujer un objeto de observación, reinterpretándolo no desde la sexualización sino desde la fascinación por su capacidad de cambio y evolución: dos acciones que representan a Nina.