Bâton Rouge fue fundado en 2008 y tiene como proyecto apoyar las nuevas escrituras documentales de jóvenes cineastas y favorecer las coproducciones internacionales.

Conocí a Capucine durante unas prácticas organizadas por los talleres Varan en septiembre del 2020 en el que pudimos intercambiar nuestras ideas sobre el cine y lo que hace una película.
El proyecto no era lo que es hoy, sin embargo ya tenía el objetivo de mostrar la herencia de los primeros esclavos africanos en la cultura cubana a través de la trayectoria académica de Yadian, un joven danzante obligado a someterse al juicio de la institución para perseguir su sueño. Detrás de la meta de este joven, decidido a alcanzar su objetivo, está la idea que un destino individual es a menudo el resultado de una lucha oculta entre intereses opuestos.
Para su primera película como directora, Capucine decidió confiar en lo real, con un procesamiento de imágenes y de sonido que tiene más del cine que del audiovisual, es decir sin usar entrevistas, ni comentarios con una voz off. Pone en escena un momento decisivo en la vida de Yadian con un enfoque no didáctico, contando sobre los sentimientos de camaradería, de devoción y de amor filial que aparecen entre los personajes en los primeros ensayos filmados.
En La Esencia, Capucine ve Yadian dudar y afirmarse, rodeado de la bondad de sus amigos, del amor de su madre y del apoyo tenaz de su profesora. Es esta mirada sensible que nos convenció de producir esta película y deseamos que cuente con su apoyo para alcanzar un público amplio.