São Paulo. Días actuales. Brasil está viviendo un momento de crecimiento económico. Cores es una historia de amistad y desilusión entre tres jóvenes amigos en una gran metrópoli. Por un momento uno tiene la impresión de que las cosas pueden cambiar, sin embargo el sentido de la vida se pierde en los días en que «todo lo sólido se desvanece en el aire.»
El lugar del hijo es la historia de un estudiante de Montevideo a quien anuncian que su padre ha muerto. Tiene que viajar a Salto a su entierro. En Salto encuentra que su padre le dejó un campo endeudado, un perro viejo y una casa en la ciudad con una amante que pretende quedarse con el lugar y se instala a vivir allí con él.
Es una historia de desarraigo y de reconstrucción personal, una metáfora sobre el país heredado y la juventud que en algún momento debe hacerse cargo.
Alberto está muerto y ya no puede disimularlo. Su estado de descomposición es cada vez más notable; ni el maquillaje ni el perfume logran esconder su condición. Renuncia a su trabajo para desaparecer en los confines de su muerte, pero no sin antes formar una inusual amistad con Luly, la gerente del gimnasio 24 horas donde es guardia nocturno.
Alicia está desamparada. El recuerdo de la guerra llega a su mente como amenazantes truenos. Desterrada por el conflicto armado intenta rehacer su existencia en La Sirga, un hostal decadente a orillas de una gran laguna en lo alto de Los Andes que pertenece a Óscar, el único familiar que conserva con vida, un viejo huraño y solitario. Ahí en una playa fangosa e inestable buscará echar raíces hasta que sus miedos y la amenaza de la guerra reaparezcan de nuevo.
Lucía tiene 14 años pero parece un poco menos. Es flaquita y tiene cuerpo de niña. Sus papás están divorciados. Ella y su hermano viven con su madre. Alberto, su padre, es quiropráctico. Ve a sus hijos en pocas ocasiones. Ha alquilado una cabaña en las termas; las vacaciones van a ser cortas y el cielo amenaza con lluvia. Cuando llegan, el panorama es desalentador. Meterse en las piscinas está prohibido por una tormenta eléctrica. Alberto intenta distraerlos para arreglar el fracaso en que se ha convertido esa excursión familiar. Cuanto más lo intenta, menos lo consigue.
Tras un buen tiempo sin verse, dos primos, Esteban y Pipa, deben reunirse para ir en auto al entierro del abuelo en Villegas, pequeña ciudad del interior donde crecieron juntos. Este retorno se convierte pronto en un intenso viaje emocional, marcado por los reencuentros, el peso del pasado y el fin de una era.